EL MANDALA EN ORIENTE Y OCCIDENTE

La definición literal de la palabra sánscrita mandala es círculo, en Tíbet también se traduce por centro o lo que rodea. Se trata de dibujos que pueden ser realizados tanto en papel o tela, como con arena de colores. En algunas ocasiones también se realizan volumétricamente (con bronce o arcilla). Se utilizan en complejos rituales de diferentes culturas y regiones orientales, en el hinduismo, el tantrismo, el budismo, el lamaísmo tibetano, etc. Su principal objetivo es fomentar la concentración de la energía en un solo punto durante la meditación.
El mandala funciona como símbolo, recoge en una imagen más o menos compleja un gran conocimiento que puede ser descifrado por el shadaka(discípulo).
Los mandalas tradicionales, los grandes mandalas de la tradición hindú, suelen ser imágenes enormemente complejas, que incluyen letras sánscritas formando mantrams y dibujos de devatas (deidades) que se quieran asimilar. A veces parecen laberintos auténticos. El denominador común es el círculo (unos o varios) que rodea un núcleo interno, además puede ir acompañado de otras figuras geométricas como el cuadrado o el triángulo.
Según Mircea Eliade, el mandala es "a la vez una imagen del Universo y una teofanía".
"El anillo externo del mandala consiste en una "barrera de fuego", que por una parte prohibe el acceso a los que no son iniciados, pero por otra, simboliza el conocimiento metafísico que "quema la ignorancia". Enseguida viene un "anillo de diamante"; ahora bien, el diamante es el símbolo de una conciencia suprema, la boddhi, la iluminación. Inmediatamente dentro del anillo de diamante está inscrito un círculo alrededor del cual están representados ocho cementerios, que simbolizan los ocho aspectos de la conciencia desintegrada; el motivo iconográfico de los cementerios se observa sobre todo en los mandala dedicados a las deidades aterradoras. Sigue después el anillo de hojas, que simboliza el renacimiento espiritual. En el centro de este último círculo se encuentra el mandala propiamente dicho, también llamado palacio (vimana), es decir, el lugar en que se disponen las imágenes de los dioses."
El Yantra es una clase de mandala empleada por el tantrismo y cuyas imágenes son exclusivamente geométricas (el círculo representa la unidad, un punto, el todo, el cuadrado, lo terrestre y material, el triángulo, principios masculino y femenino); ya no utilizan a las deidades en su forma completa sino sólo representan su esencia. Por ejemplo, para representar a la diosa madre (la Shakti) se utiliza un triángulo rojo con la punta hacia abajo, es el símbolo de su femineidad; más aún, simboliza una parte de la diosa (la vulva) que es su esencia, el principio femenino. Shiva, que es su pareja, se representa con un triángulo blanco con la punta hacia arriba. Cuando se representa su unión el resultado es una estrella de seis puntas (como la estrella de David). Estas imágenes triangulares se ven habitualmente rodeadas por el círculo que las sacraliza y realza.

Hasta aquí lo concerniente al mandala desde un punto de vista clásico, si es que puede utilizarse la palabra en este caso. Después, personas pertenecientes a culturas que no son la hindú o la tibetana han observado desde fuera el concepto que acabamos de describir y sobre todo las imágenes, y se han dado cuenta de que el mandala ha sido utilizado, con otros nombres quizás, en otras muchas culturas a lo largo de los tiempos.
En América, por ejemplo, tanto en el norte como en el sur pueden verse dibujos realizados en la tierra o sobre soportes más duraderos que a través de círculos. Otras imágenes geométricas representan la Creación y otros grandes misterios que inquietan a la humanidad desde los orígenes. Entre los indios de Norteamérica se utilizan estas imágenes para curar a los enfermos; en otras culturas como la Maya o la Azteca se hacía uso del disco solar y otras imágenes de base circular en las que se incluían otros símbolos más pequeños.
Así mismo en Europa se ha empleado el mandala en los edificios sagrados, catedrales góticas, por ejemplo, los rosetones que forman las vidrieras pueden considerarse mandalas geométricos. Anteriormente, incluso, se utilizaba la imagen del Cristo rodeado por los cuatro evangelistas (cuatro direcciones). Posteriormente, en el Renacimiento, comenzó a utilizarse la planta circular para las iglesias, incluso existe una teoría de que Roma fue proyectada con base circular y posteriormente dividida en cuatro cuadrantes por dos vías principales que se cruzaban en el centro.
En la actualidad se ha reconocido el mandala en el propio diseño de la naturaleza, se ha extendido su contemplación desde creaciones enormes (planetas, estrellas, sistemas enteros, galaxias), hasta realidades imposibles de ver a simple vista (células, átomos).
De este modo vemos que el mandala parece existir independientemente de una cultura en particular, incluso al margen de la cultura lo encontramos en el mundo natural.
 
INTERPRETACIÓN JUNGIANA DEL MANDALA

Jüng dice del mandala que señala el aspecto más vital de la vida: su completamiento definitivo. Así mismo dice que las cuatro orientaciones que aparecen en ciertos mandalas se relacionan con la necesidad humana de orientación psíquica. Relaciona esto con las cuatro funciones en que divide la conciencia humana: pensar, sentir, intuir, percibir.
En los yantra que representan la unión Shiva-Shakti, Jüng ve la unión de los opuestos, la integración, la unidad. Le interesa la tensión entre los polos, el dinamismo que esto supone, implica un proceso, la creación de algo, un llegar a ser. Asemeja esta unión al círculo mismo que para él es el completamiento de la psique o sí-mismo; también supone la iluminación o la perfección absoluta.
Jüng considera que el hombre moderno está desintegrado, separado de sí-mismo, por esto dice:
" Hoy día el símbolo geométrico del círculo ha vuelto a desempeñar un papel importante en la pintura. Pero con pocas excepciones, la modalidad tradicional de representación ha sufrido una transformación característica que se corresponde con el dilema de la existencia del hombre moderno. El círculo ya no es una figura de un solo significado que abarca todo un mundo y domina la pintura. A veces el artista lo quita de su posición dominante y lo reemplaza por un grupo de círculos negligentemente ordenados. A veces el plano del círculo es asimétrico."
"(...) El círculo es un símbolo de la psique. El cuadrado es un símbolo de materia terrenal, del cuerpo y de la realidad. En la mayoría del arte moderno, la conexión entre esas dos formas primarias es inexistente o libre y casual. Su superación es otra expresión simbólica del estado psíquico del hombre del siglo XX: su alma ha perdido las raíces y él está amenazado por la disociación. (...) Pero la frecuencia con que aparecen el cuadrado y el círculo no debe desdeñarse. (...) esas formas aparecen, a veces, como si fuesen gérmenes de un nuevo crecimiento".
Para Jüng el mandala es una forma arquetípica, de ahí que aparezca en diferentes culturas lejanas entre sí. Al mismo tiempo considera que la comprensión del arquetipo resulta curativa, con lo cual viene a ser lo mismo que meditar largamente sobre la imagen fijando la atención en ella, tal y como proponen las culturas orientales. Al parecer los mandalas más impresionantes son los que surgen directamente de la imaginación sin que haya un pensamiento o propósito preconcebido. Se utilizan para restablecer el orden perdido con anterioridad y especialmente con un propósito creador, dar a la luz algo nuevo que no existía antes; ambos propósitos se complementa.

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